Cielos del Norte

Durante esta Semana Santa ando con tiempo libre, por fin tengo un momento de respiro, pero es sólo pasajero. Tras esta semana comenzará la etapa más dura del curso, la recta final hacia los exámenes en Junio. Esta vez tengo más esperanzas que otros años, el nivel de la superior a la técnica se nota. No me arrepiento de mi decisión, todavía tengo las puertas abiertas a regresar a la superior directamente desde el segundo ciclo y con un título bajo el brazo.

Estos días son también muy adecuados para detenerse y pensar. Y no he escatimado en ello...Los que me conocen ya saben que soy muy dado a reflexionar demasiado, bueno...Con tiempo libre, agárrese quien pueda jaja.

La pregunta que me anda rondando estos días por la cabeza es bastante importante : ¿ Cuál es mi objetivo en mi vida ?

La mayoría de la gente seguramente respondería : "Tener una familia estable, casa, coche, etc...". Vamos, lo típico de alguien que entra en lo que la sociedad tiene denominado como "normal". Sin embargo, son muchos menos los que te dan una respuesta diferente : "Ser el mejor tenista del mundo", "Estudiar en la mejor universidad del mundo", "Ganar un premio Nobel", etc.

¿ Por qué esta diferencia ? Una respuesta muy posiblemente sería la de que se trata de gente con más aspiraciones que otras. Yo pregunto, ¿ y por qué nace ese deseo de aspirar a algo más ? ¿ a algo superior o sencillamente diferente ? ¿ Por qué esforzarse hasta los límites cuando nunca tendrás la certeza de que lo conseguirás ? ¿ Por qué esa insistencia ?

Todo ésto tiene una respuesta para mí y se trata del determinismo. La creencia de que podemos alcanzar lo inalcanzable por muchos otros.

En mi habitual análisis psicológico de las diferentes personas que pasan por mi vida, unos más tiempo que otros, he observado que aquellas personas que no tienen un rumbo fijado, un objetivo claro, acostumbran a dar bandazos en la vida...A dejarse llevar por lo que diga el mañana, pueden tener suerte y alcanzar cotas muy altas o, por el contrario, caer en picado. Se sitúan en la posición más cómoda, la posición de esperar los cambios que nos trae la vida.

Por otro lado, he visto que hay otras personas que no son capaces de detenerse un momento, necesitan seguir trabajando, esforzándose, porque de otra manera no se sienten realizados...Estas personas solo reparan en lo que les conviene para continuar avanzando hacia una meta, detenerse un momento es una gran pérdida de tiempo. Van de aquí a allá, buscando superarse cada día más. Su objetivo lo tienen clarísimo a diferencia de los anteriores y no lo olvidan por un momento.

Evidentemente, también he visto que existen personas que permanecen en un aproximado equilibrio entre ambas posiciones. Gente que se reparte el tiempo para observar los cambios de la vida, pero sin olvidar el camino hacia su meta principal.

Cada posición tiene sus pros y sus contras, incluso la equilibrada. Miraré algunos contras :

Los deterministas, aquellas personas con un objetivo en mente de forma constante, son más propensos a ser más inestables sentimentalmente. Ciertamente los obstáculos que se encuentren no serán a priori dificultades para que su moral se mantenga fuerte y resistente. Pero cuando las circunstancias derriben su muro de moralidad y el determinista sienta que no es capaz de continuar (por ejemplo : el chaval que desea ser el mejor tenista del mundo sufre una rotura que le impide volver a jugar al tenis), es entonces cuando esta persona se ve derrumbada de forma totalmente estrepitosa. Sus objetivos quedan destruidos y su sentido de vivir queda anulado, llevando en algunos casos al suicidio.

Mientras que los posibilistas, más dadas a dejar que el curso de los acontecimientos los arrastre, dejan ante sí una lotería de posibilidades (de ahí el nombre), todo es posible. Pero estas personas en general nunca destacarán en nada, serán más adaptables a las distintas circunstancias, más pacientes; pero todo ello a precio de terminar siendo una página olvidada en un árbol genealógico. Cambiante con las circunstancias del tiempo.

Finalmente, el equilibrio entre estas dos posiciones quizás pueda ser la mejor opción, pero le encuentro otro defecto : Si no es tan determinista, es posible que no llegue a tener la trascendencia que puede tener una persona determinista, y si no es tan posibilisita es posible que tenga más dificultades para adaptarse a los cambios de rumbo que el destino le fije.

En efecto, yo creo en el "destino" y éso me colocaría en la posición de posibilista pues pienso que todo está prefijado. Pero quizás sea éste el punto cumbre de mi creencia, a lo que me defenderé diciendo : existen cambios en nuestras vidas que no podemos controlar, por tanto, hay algo que los tiene que controlar, en mi caso está claro de qué se trata : el destino. Para el cristianismo se trata de una entidad llamada "Dios" y para el budaísmo de una que se llama "Buda", etc...Por éso no deja de ser una creencia.

Pero también creo que todos necesitamos "creer en algo", algo que nos haga mirar al frente, a un objetivo, y nos haga luchar durante el transcurso de nuestras cortas vidas en ello. Esta última posición me colocaría en alguien determinista.

Concluyendo y haciendo honor a mi horóscopo (Libra), los extremos traen grandes riesgos (recordad aquella frase de "un gran poder requiere una gran responsabilidad") , mientras que el equilibrio es una garantía de estabilidad. Puestas las cartas sobre la mesa, cada uno decide lo que hacer.

Muchas gracias por la lectura, espero que haya resultado de interés. ¡¡ Un saludo !!